Hace alrededor de 30 años, nuestro padre, Gottfried Esser, recibió una solicitud de parientes españoles, de enviar un medicamento para tratar una enfermedad, para la cual no se encontraba un remedio disponible en el mercado español. El médico tratante quedó en aquella época tan fascinado con los resultados, que nos propuso
realizar otros pedidos para sus pacientes. Poco a poco se fueron gestando mayores lazos con España, mucho más allá de los que ya teníamos como familia que ha crecido en ambas culturas.
Hoy día somos los hijos de Gottfried, quiénes continúan y desarrollan su labor de servicio. Ya no sólo somos una farmacia familiar, sino que también una farmacia de envío postal, al principio con clientes en España y América Latina, pero ahora en todo el mundo.